ENFOQUE MEDICO


 DETECCIÓN 

Tanto los trastornos alimentarios (anorexia o bulimia) como la obesidad son problemas donde la prevención es muy importante para poder evitarlos. Son trastornos realmente graves y de los cuales es importante que conozcamos que sus consecuencias son muy negativas y que afectan a todos los ámbitos: personal, físico, social, emocional, discriminación, desnutrición....


CONDUCTAS Y SIGNOS DE QUE ALGUIEN SUFRE UN TRASTORNO ALIMENTICIO.





Hay algunos comportamientos y conductas que pueden alertarnos de que algo no va bien. A continuación tenéis algunas señales de alerta, aunque si detectamos algunas de ellas, será indispensable no alarmarnos y acudir a un profesional para que nos guíe y asesore.



 SEÑALES DE ALERTA 


  • Restricción voluntaria de alimentos con alto contenido calorico
  • Disminución o exceso del consumo de agua o líquidos
  • Conductas extrañas relacionadas con el hábito de comer: comer de pie, cortar los alimentos en trozos pequeños, al acabar buscar pretextos para ponerse en movimiento...
  • Aumento de la actividad física o incluso ejercicio compulsivo
  • Aumento de las horas de estudio
  • Disminución de las horas de sueño
  • Sintomas depresivos
  • Preocupación excesiva por el peso
  • Transtorno de su imagen
  • Negación de sensaciones de hambre, sed, sueño y fatiga
  • Desinterés por actividades de ocio
  • Almacenamiento de comida en distintos lugares
  • Consumos intensivo de chicles sin azúcar
  • Consumo excesivo de tabaco para disminuir la ansiedad de comer
  • Rechazo a las comidas sociales
  • Vómitos autoprovocados
  • Disminución del rendimiento escolar
  • Negación de la enfermedad
  • Dificultad de concentración y aprendizaje
  • Sensación de culpabilidad
  • Baja autoestima
  • Intensa vida social con intervalos de aislamiento


¿CÓMO SE TRATAN LOS TRASTORNOS ALIMENTICIOS?

Los objetivos típicos del tratamiento incluyen restaurar la nutrición adecuada, lograr un peso corporal saludable, reducir el exceso de ejercicio y frenar atracones y purgas (comer en exceso y provocar vómitos). Los planes de tratamiento por lo general están diseñados de acuerdo con las necesidades individuales y pueden constar de uno o más de los siguientes tratamientos.
  • Psicoterapia
  • Control y atención médica
  • Asesoramiento nutricional
  • Medicamentos

Algunos pacientes pueden requerir de hospitalización para tratar los problemas que causa la malnutrición o para asegurarse de que coman lo suficiente si tienen muy poco peso. La recuperación completa es posible.


 MEDIDAS PREVENTIVAS 



Para proteger a nuestros hijos/alumnos y a nosotros mismos de estas patologías, a pesar de la gran influencia de los medios de comunicación, realmente sí podemos hacer algo. No estamos totalmente a su merced.

También es importante recordar que la mejor manera de enseñar es predicar con el ejemplo. De nada servirá que le digamos a nuestros hijos: “tienes que comunicar tus sentimientos”, si ven que nosotros no lo hacemos. Pon en práctica estos consejos para la prevención de la anorexia y la bulimia.

1. Enseñar asertividad y comunicación asertiva

La asertividad es esencial en el aumento y mantenimiento de nuestra autoestima y es la base de una comunicación efectiva. Consiste en defender nuestros derechos, expresar nuestros deseos y rechazar aquello que no queremos de forma educada y respetando a lo demás.

2. Alimentar la autoestima

Es importante que reciban muchos mensajes positivos, de las cosas que hacen bien, y reducir los mensajes negativos. Cuando haya que reprender a nuestros hijos, nos centraremos en lo que han hecho mal: “tienes la habitación muy desordenada”, en lugar de en ellos mismos “eres un desordenado”. Ya que los mensajes hacia su persona, con el tiempo los integran y pueden tener un impacto negativo en su autoestima. Además, cuando se haga una mención de algo negativo estaría bien acompañarlo de algo positivo: “Me gusta que juegues con tus juguetes, pero ahora la habitación está muy desordenada, y como eres un chico muy listo sé que puedes ordenarla muy bien”.

Aunque no solo hay que tener presente los mensajes que damos a los demás, sino también de las que nos damos a nosotros mismos. Estos suelen ser mucho más duros y exigentes que los que enviamos a otras personas. Ser conscientes de ello y darnos permiso para cometer errores es esencial para el mantenimiento de una sana autoestima.


3. Informarnos e informar acerca de una alimentación saludable

Muchas veces, la desinformación y los mitos relacionados con la nutrición favorecen las conductas disfuncionales con la comida. Por ello es importante desmontar estos mitos y dar a conocer en qué consiste una alimentación saludable.


4. Educación sexual


La autoestima está muy ligada a la conducta sexual. Sentirnos a gusto con nuestro cuerpo y sentirnos deseados influye directamente en la imagen que tenemos de nosotros mismos. Muchas veces, las chicas con anorexia sienten un rechazo hacia las formas femeninas que aparecen en la pubertad, dan la espalda a su desarrollo y deseo sexual, a menudo infantilizando sus conductas. Por ello es importante educar a nuestros hijos en sexualidad, hacerles sentir que mientras no dañe a otra persona, todas las conductas sexuales son naturales y aceptables. La comunicación es vital para el desarrollo de una sana sexualidad, sin culpabilidad ni miedo, Debemos estar abiertos a todo tipo de consultas que quieran hacernos. Librarnos de los tabúes nos permite ser más libres en aquello que hacemos.

5. Cuidar lo que decimos ante nuestros hijos


Comentarios como “He engordado”, “Mira cómo ha engordado Fulanita”, “Pepita ha adelgazado un montón, está muy guapa”, van calando hondo en la mente de nuestros hijos y aprenden que la apariencia física es fundamental para gustarle a los demás y que si adelgazamos estaremos más guapos y nos valorarán más. Esto es fundamental en el inicio de los trastornos de la conducta alimentaria.

Por ello hay que cuidarse de lo que decimos delante de nuestros hijos. No es recomendable hacer notar el peso o el volumen de nosotros mismos o de las personas de nuestro entorno en presencia de nuestros hijos, ni hacer comentarios sobre la nueva dieta que hemos comenzado o queremos empezar.

Tampoco es adecuado poner a dieta nuestros hijos a no ser que el pediatra nos lo recomiende. Antes de hacer comentarios acerca del aspecto físico de nuestros hijos, mejor comentar sus sentimientos, sus logros personales, su esfuerzo, su personalidad y cualidades psicológicas. Antes que decir “Que delgada y que guapa estás”, decir “Estas radiante, se te ve muy contenta”.





Comentarios